lunes, 7 de octubre de 2019

Hace 35 años...

        

        Las primeras elecciones nacionales en trece años se iban a llevar a cabo. Serían en noviembre y la gente clamaba por poder volver a votar otra vez luego de esa larga dictadura. 
En la televisión cada vez había más propaganda. Todo el día sonaban los jingles de los diferentes partidos, los colorados:"...la otra lista, la otra lista, la 89 Batllista, Flores Silva Senador, Sanguinetti presidente... Uruguay vencedor...!"; los blancos: "¡Una mano no basta, dame las dos!" y se veía la cara de Wilson Ferreira mientras se tomaban las manos Zumarán y Aguirre; y el Frente: "¡...vamos, vamos de frente, la vida puede ser diferente, no te detengas, vamos de frente, vamos de frente!" 
Los rostros de los candidatos desfilaban por cuanto programa nacional había en la TV hablando de las maravillosas propuestas que tenían para el futuro del país. 
Pero había otros partidos, como por ejemplo la Unión Cívica. 

Un claro odio hacia los militares iba en aumento, sobretodo entre la gente de izquierda. Pero el resto también quería que se fueran los “milicos”.

¡Al fin iba a haber Libertad, otra vez! Por fin, la gente podría salir a la calle sin miedo a que lo detuvieran y muchos cantaban las consignas de los distintos lemas en pugna.

Sólo algunos estaban molestos y criticaban la ausencia de ciertos candidatos en las elecciones. Uno estaba preso: Wilson y el otro, proscrito: Seregni. Por eso se tildaban de elecciones “tuteladas” o sucias con el fin de que ganaran otra vez los colorados. Pero en general se respiraba un aire pleno de optimismo y esperanza.

Por doquier se veían carteles de propaganda electoral pegados a las paredes de los edificios, o clavados en cuanto poste y árbol se encontrara en la vereda. Algunos árboles llegaban a tener tantos carteles con los números de las listas que alguna gente se quejaba de que matarían a los árboles al clavarle tantos clavos.
Y las pegatinas eran cosa de todos los días. Cada mañana amanecía con nuevas pintadas en muros y paredes con consignas, nombres de los candidatos y los números de las listas en pugna.

Los actos finales de cada agrupación fueron impresionantes. En todos hubo miles de personas, aunque el del Frente Amplio fue el más grande de todos y por eso muchos frentistas pensaban que ganarían las elecciones. 
Los "blancos" hicieron la "Caravana de la Victoria" que recorrió todo el país, departamento por departamento y que terminó en Montevideo. Cientos de autos sonaban sus bocinas mientras seguían al ómnibus donde viajaban Zumarán y Aguirre -la fórmula presidencial del partido Nacional- con banderas blancas y celestes por todas partes. La gente se agolpaba en las avenidas por donde iba pasando la caravana coreando consignas como: "mira qué bonito mi voto es, es azul y blanco, de Wilson es..." que era igual al del frente con un pequeño cambio en la letra: "mira que bonito mi voto es, rojo, azul y blanco, del Frente es..."..
El día de las elecciones fue un día lindo de noviembre, donde toda la gente andaba de buen humor y salvo algún desplante nadie ostentaba su orientación política pero se veía a la gente yendo a votar, feliz.
Los resultados se dieron por la noche luego de cerrar las mesas de votación y comenzar el conteo. Recién al otro día se supieron las cifras oficiales aunque faltaban contar los votos observados que serían estudiados y contabilizados en los siguientes días por la Corte Electoral. 
  Ganó la fórmula del partido Colorado: Sanguinetti-Tarigo. El Partido Nacional quedó en segundo lugar, lejos de los ganadores y el Frente Amplio salió tercero, más lejos aún.
En la televisión la euforia continuaba y en las calles muchos seguían  festejando. "...el Partido Colorado victoriosamente va..." cantaban.


El 1º de marzo de 1985 se hizo una fiesta mayúscula. Por la mañana la asunción de la fórmula presidencial Sanguinetti-Tarigo que recorrieron la avenida Libertador y 18 de Julio en un jeep descapotable del ejército con miles de personas que vivaban su paso con banderas coloradas y uruguayas y más tarde el acto en Casa de Gobierno frente a la Plaza Independencia. Todos los canales de televisión, las radios y los diarios cubrían la noticia con sus periodistas que iban y venían apurados. 
Por la noche se organizaron dos actos en sendos escenarios, uno en la plaza del Entrevero y otro en la Intendencia  con artistas de todo tipo. Los argentinos -Nito Mestre, Charly García, Los Abuelos de la Nada y Perales en el primero y todo el "cantopopu" en el otro. Ambos repletos de gente y de alegría, pues muchos artistas hacia mucho tiempo que no tocaban en el país, sobretodo los uruguayos que regresaron luego del largo exilio, como Los Olimareños.
En el interior hubo también festejos de todo tipo en distintas ciudades y la gente salía a las calles rebosante de felicidad por el retorno de la Democracia.

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